Un punto, todos los puntos

Incómodo. Contrariado. Funesto. Un día cualquiera. Este. Todos los días.
Con decenas de preguntas que hacer, que hacerme. Muy pocas respuestas. Y planes que rebotan en un cieloraso irreal sobre mi, sobre nada.
Encorsetado donde debiera ser pleno. No hay punto cero. Lo que és ya arrancó. El presente, y su constante imposición de imposibilidades constituye el futuro. Lo valúa, discrimina, lo desprecia. Y lo condiciona.
Ya es. Ya soy. Ya somos. No habrá un demiurgo mágico. Ni hoy, ni mañana. Una ausencia presente. Intensa. Un laberinto que se modifica y nunca será habitable. Un reloj de arena y mil condiciones desconocidas. Un rompecabezas que se mezquina. Que pide ser comprendido a condición de convertirse en más hostil. Más lejano.
Me siento, agotado. Si pudiera dormir… Parece que no dormí por años, por meses.
Nunca seré lo que se espera. Por inercia o resistencia.
Ya nunca más.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La dictadura militar o la dialéctica de los arrolladítos de matambre y queso. * (2006) La memoria de ese niño.

La Chola

La ventana