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microantropologia del conurbano

12:37 a.m. Situación: Esquina de Escuela; cinco pibitos de diferentes edades, con guardapolvo blanco. Puede que sean hermanos o vecinos. No lo sé. Freno para que crucen y automáticamente, cuatro coches aprovechan para pasar rápido la boca calle. Estadisticamente, más o menos (son cuatro) alguno es votante de Cambiemos, otros de Unidad Ciudadana, alguno quizás del Fit. Deben decir todos que “yo pago mis impuestos!”. Alguno estará a favor del aborto y otros en contra. Tres, por lo menos, creen en Dios. Todos estarán a favor de recuperar las Malvinas y de conmoconarse con los afectados por una inundación ocasional. Y los pibes, haciendo malabares para cruzar. Esta sociedad es una mierda.

Tres palabras

Rústica, con furiosa ternura toda la naturaleza avanza e intento rebelde, resistir que me abrace su inmensidad. Primitivo, me habla de locura, de mi locura y no pienso. Primitivo y sólo, me despierto envuelto en su intensa, y hostil, enormidad. Aunque ella, un mundo de eternidad inexacta, lo desconozca. (dnt18)

La Chola

Mi viejo tenía como rutina visitar a su hermana los domingos. Cada vez que volvía, y mi vieja preguntaba: -¿cómo está la Chola?; mi viejo agachaba la mirada con tristeza y solemne movía la cabeza a los lados: -mal, muy enferma. Y no decía más. La vieja Chola vivió unos veinticinco años más que el hermano. Nunca más, después que murió él, la aquejó ninguna de sus nanas… “Moraleja”: no sea ni la tía Chola, ni mi viejo. No le achaque a nadie tus pesares (ficticios o reales) ni se deje avinagrar los domingos y días sucesivos por nadie. No manipule ni se deje manipular. La peor perversión es ser tóxico. No sea mediocre. “Vivir solo cuesta vida” (dnt, 18)

Un punto, todos los puntos

Incómodo. Contrariado. Funesto. Un día cualquiera. Este. Todos los días. Con decenas de preguntas que hacer, que hacerme. Muy pocas respuestas. Y planes que rebotan en un cieloraso irreal sobre mi, sobre nada. Encorsetado donde debiera ser pleno. No hay punto cero. Lo que és ya arrancó. El presente, y su constante imposición de imposibilidades constituye el futuro. Lo valúa, discrimina, lo desprecia. Y lo condiciona. Ya es. Ya soy. Ya somos. No habrá un demiurgo mágico. Ni hoy, ni mañana. Una ausencia presente. Intensa. Un laberinto que se modifica y nunca será habitable. Un reloj de arena y mil condiciones desconocidas. Un rompecabezas que se mezquina. Que pide ser comprendido a condición de convertirse en más hostil. Más lejano. Me siento, agotado. Si pudiera dormir… Parece que no dormí por años, por meses. Nunca seré lo que se espera. Por inercia o resistencia. Ya nunca más.

La ventana

En la ventana se reflejaba las luces de la calle, amarillas, difusas y persistentes. Solo una, intermitentente, formaba siluetas con la mugre de los vídros. Ana fijó sus pupilas en esas manchas, de dedos, de grasa liviana, de tanto manoseo; -pobres vidrios tristes…- pensó. Agudizó la vista en la habitación entre sombras y se concentró en armonizar el ir y venir de la luz, las siluetas multiformes de los vidrios y la respiración de Juan que dormía a su lado. Por un momento, creyó que conseguía un compás simpático. Pasaron unos minutos. Acariciando su vientre debajo de la remera que trabajaba de pijama esa noche, notó que a pesar de la luz, de las figuras, la respiración y el cuerpo de Juan, estaba sola. Sola. Sonrió a desgano. Una mueca incompleta, comentaría luego. A tientas, con una mano tomó uno de sus zapatos y lo arrojó al vidrio mas grande; que estalló y formó nuevas cientos de figuras raras. Raras. dnt

La chica jardín

Cuando despertaste, despeinada, note que tu cabello ondulado se asemeja a las plantas de tu ventana. Algunos mechones se conjugan con los malvones simples, rosas y colorados. Otros a los geranios. Más tupidos y furiosos. En el flequillo y delante de los lóbulos de las orejas algunas suculentas se escaparon del sol de otoño. Antes de apurar mis mates y servirte un café negro, me sonreí como un nene. Y luego de cerrar la puerta encare la paleta de colores, por cierto monótonos respecto a tu pelo, de las calles suburbanas. dnt

Al pié

Tendría que desaprender la escritura, el habla, la razón y la pasión. Y esperar, como un árbol que me derribe una tormenta. Y más nada. Aguantar el azote y temer la mano desleal o franca. Sin sueño. Y más nada. dnt

Dos más dos

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Y la pibita se quedó con su “amor” envuelto en celofan bajo un puente de la 7 perfumada sin el glamour de Penélope y (en) su bolso un frasco de vaselina para que las lágrimas resbalen mejor Sí! Se fue de mambo con tirar de una soga que ni rota le querían reprochar, aguantar, escuchar, creer, esperar. Se encandiló con unos versos de pavote que se esmeraba por hacer real y se empeñó con quererlo ver girar de complemento una mochila psicosexy cuando la ventosa le vibró y por quincena la dejaba un poco en (paz) Hay que ver cómo llora en silencio! Es una artista para los hermanos Cohen. guardo el idilio (posta o no) y se fue de rosca con la soga que ni rota ni en pelotas le quieren aguantar escuchar reprochar demandar la vida se le va, en angustia y exageración que aburre y no vio que estaba (la vida) ahí a la mano. Y necesita de dos

Nocturno

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Nunca puedo ver el crepúsculo en calma, No hay double black ni cerveza helada. Vivo al revés adrede para evitar caídas, y enredadas me piensan al revés Les es más fácil. almanecer me encuentra a veces sobre mi cama, la ternura furiosa no sabe de metros ni de horas ni de nada! Con tinta limón pedis, Se esconden, blindan y rebotan sonrien siempre para las vecinas, y un mundo que se desarma. Cada ausencia presente es lo que no vivís y se resbala. Mi suerte espina y su gambeta helada prefieren mis errores y los furcios antes que el charco playo, la quietud y la pavada. Almanecer, cansado y glorioso siente. A veces no sabe de razones, de excusas y de nada

Para no ser machito

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Bueno, pero no es para que chilles, ¿qué no eres machito? Sí, soy machito. ¿Entonces por qué lloras? Soy machito chillón! (El Chavo del 8) Hace unos días, en una serie de sucesos en los que estuve enredado (porque quise) me sentí vulnerado. Sin melodrama, sentí que una persona (mujer para más datos) había violentado mi subjetividad, mi confianza (incluso el marco en el que pretendí crear), quizás por torpeza o por entusiasta; Y más allá de la situación en cuestión, me puse a reflexionar sobre todo eso.  Qué para que una sociedad deje de ser machista, los hombres y las mujeres (o los géneros que sean) debemos entender que si el otro dice No es no. Qué no valen ni caprichos ni mohines sí, en este caso un tipo (yo) considero que hay cosas que no deben aceptarse, porque van mal arriadas y no traen buen augurio.  Qué a la violencia y menos a la sutil, nadie debe aceptarla. Sería fácil, decir que solo es una "loca", que es una "puta", mentirosa,  que es no sé