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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Letras viejas III (2002)

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Tres sopapos, al menos hasta que perdió la cuenta, hasta que se encontró hundido en el remolino. Tres cachetadas. Fuera de sí, creyó ver: una vieja, dos mamarrachos de traje y corbata, un mendigo, una pareja de nuevos hippies, sin paz. Algún paraguas, varios teléfonos celulares y hasta un perro que harto de su dueño empezó a ladrar.  Él mismo, recordaba haber tirado algunas trompadas, afilar su lengua y lastimar cada vez que pudo. Dentro de la pelea, atraído por ella, gambeteándola si suerte. Con la suficiente cantidad de heridas creyó retirarse, o ser despedido de la rabia que mantenía en movimiento el torbellino. Cuando abrió la puerta  la noche cubría cómplice la huida, frente al espejo estudió los magullones, frente al espejo se convido un vaso de tinto berreta.  Se acostó entre sabanas sudadas, mugrientas, lejos de la asepsia que su estado reclamaba. La luz del televisor fue la amante que acarició sus llagas primero, y qu

Letras viejas II (2003)

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Me llevo tus silencios... desgajo ( o intento) en ellos, tus sueños los mas bonitos, los que no tengo. Y en penumbras te veo guardarte desnuda a la luz de está vieja lámpara que enmarca tu figura. Hasta las sombras ahí te ayudan, son parte del mío mito tu cuerpo estalla bárbaro en mis sueños y en tus pequeños pechos nace una canción . Los días crecen claros: tu risa y tu boca, les dan calor. Mi desamparo (desalma) tus escondidas, y al vuelo le sigue el porrazo para que no se me haga carne: vos. Suave, maldita y húmeda Te acurrucas en mis brazos Para cuidarte del mundo... y en el mundo estoy yo. Emborracharme con tus manos cuencos Sangre y saliva (otra vez) Mentiras y pasión (otra vez) ¿ quien me salva de tus vaivenes? el de tus piernas y tu amanecer si los relojes rebelan su vida (se rebelan a). Porque, bonita vida es juntos- no tiempo- no paralelos días sin sueños.                               A las caricias le sigue el

Letras viejas I (principios de siglo)

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Soy el espejo de tus miserias esperándote, siempre. la ternura de tus manos, hambrientas de carne. La paz que previene la tormenta. ¿de que sirve un cielo nublado si no podes tronar? El sol glorioso (enceguecedor) traidor, de tu seguro andar. la sonrisa de los críos, que sin nada que perder disparan sin piedad, tiernas (malditas) verdades. Soy el hambre del desamparado y el hambre del curioso. Soy tu casa, desterrado para siempre, la libertad: la misma que tanto miedo te da. Las venas, por donde ya ardió tu sangre. Soy la respuesta a tu pregunta y tu duda para siempre. La dignidad del humillado y la bestia que estabas resignando. Soy las miserias, la tormenta, el sol la sonrisa, el hambre, la ternura, tu casa el destierro, tú curiosidad la bestia, la traición las venas y sobre todo: la libertad; la sangre que temes como criatura desamparada.  dg                                                            

El Borde

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Debemos hacer, debemos escribir desde el lugar que en la aldea nos ha tocado. Debemos -porque corresponde y es orgulloso que ocurra- escribir en el borde. Mejor sobre el borde y varios subfijos: en el borde- para el borde y desde el borde. En el borde geográfico (político geográfico) del conurbano de Buenos Aires, similar y diferente a otros tantos cordones periféricos del mundo. Fantasma social que acecha otros bordes. Cinturón y corset. En el borde que es simbólico y guarda para sus integrantes, misterios, sangre, risas, complicidad y miserias. Pulsión. Bienvenidos!  no puedo asegurarles un cómodo paseo. dg