Una gota
Suspendido entre las cosas de todos los días, entre todas las horas hay un lugar donde palman los cancheros y arrabaleras, Una cajita del tamaño de una nuez, de una lágrima, y de un sonoro silencio al calor de las pupilas. Se reconoce entre la yema de los dedos al rozarse, y queda flotando cuando ellas no están a mano para ser abrazo que nos arropa entre las cosas de todos los días, entre todas las horas. Furiosa ternura impaciente, esa gota es un mundo y solo una gota. Potente y vulnerable erótica y razonable Carne, piel, agua, tierra y risas. que nos guarda y aguarda para que reconozcamos la vida cuando el cinismo corrió mal herido. A eso, ya no nos lo roba nadie. Ahí dentro somos dos enteros y en partes para ser una cosa única cada vez. Cada vez. Aunque una multitud atropelle y no comprenda o no lo sepa. Imposible de ubicar si están distraídos, ese punto universal está ahí, acá o allá. No import...